Berlín - Berlín
Parece casi que comenzamos la ruta ayer, y hará casi 3 meses el próximo domingo 8 de Septiembre. Aquí en la capital alemana, cumplimos 5000 Km, a quien se le ocurrió este disparate? Una vez aterrizado en la ciudad del Führer, no íbamos a desaprovechar la oportunidad de desfilar por las mismas calles, como lo hicieron tantas y tantas veces los del ejército alemán y donde tanta historia se ha escrito. Aún parecen sonar en mis oídos las voces propagandísticas del Kaiser.
Como os decía hoy hemos salido a patear Berlín y, andando, no se nos resiste. Desde el Pirulí de la Alexander Platz, pasando por el Rathaus (ayuntamiento), el Museuminselm, el Dom, hasta la puerta de Brandenburgo, las torres de St. Nikolai. Todo en una misma -pero gran- avenida, a penas atravesada por el Spree (río). Todo muy sobrio, edificios majestuosos que conforman una sola manzana en sí mismos, que trasmiten mucho frío y con demasiados turistas, a pesar de ser período escolar aquí en Alemania. Con todo, tiene su atractivo. La mayoría de los edificios no son muy altos y la ciudad se esparce a lo ancho. Dicen que es la ciudad más grande de Europa en extensión y también en habitantes.
Por contra, en cuanto te sales del circuito turístico, encuentras barrios encantadores. Librerías y tiendas de flores que son al mismo tiempo cafeterías. Tiendas y bares de barrio de todo tipo donde bulle el verdadero pulso de la ciudad. Un deambular de gente de todo tipo, tanto andando como en bici, que denota un ritmo diferente, ni lento, ni rápido, sino todo lo contrario.
El momento más emotivo quizás ha sido entrar en el laberíntico monumento
al holocausto. Pasear por por sus calles estrechas a distintos niveles,
parecíamos jugar al escondite.
Sentimos cumplir aquí otro hito en el camino: por la cifra alcanada, por lo mítico de la ciudad..... a partir de ahora parece en verdad que si comenzamos el camino de vuelta.
Aprovechando que es fin de semana, nos hemos quedado un día más en la capital del Imperio Germano. Si ayer sábado fue la ruta turística, hoy domingo (ya a 1 de Septiembre), ha sido la ruta en bici por canales y parques de Berlín (BBB - Berlín By Bike) y a lo tonto, hemos hecho 30 km en bici, fuera de los flashes del centro, a valido la pena, sobre todo el parque de Charlottenborg, donde hemos comido un sandwich mirando al lago.
Cuando te sales de lo común, sientes de alguna manera que vives aquí. Hemos pasado por delante del Bundestag que en su parte de atrás tiene un trozo del muro de Berlín original, con unas supongo bonitas palabras -en alemán- en aras de la libertad y la democracia. Bueno, nos hemos henchido de ciudad, en especial de un verde ciudad, tanto que nos hemos puesto como un oso.
Si bien otras ciudades han supuesto un punto importante, Berlín no puede ser menos. Aquí hemos hecho varias operaciones de mantenimiento: la colada de ropa sucia en la lavandería, yo me he cortado el pelo al estilo germano, las bicis han pasado revisión y ajustes. También hemos cambiado el banderín de España, que se nos perdió sin darnos cuenta, aunque en realidad estaba algo desilachada.
Otro cambio significativo han sido las nuevas alforjas que Fini se ha comprado. Pascual lleva unas Vaude impermeables, pero yo llevaba unas bastante antiguas que había que proteger con plástico cuando llovía. Ahora tengo unas Ortlieb, que son el último grito de los cicloturistas. Me gustaría hacer un requiem por las viejas, que nos acompañaron a mí y a mi hermano Pedro en el primer viaje en bici a Picos de Europa...ahí queda.
Sentimos cumplir aquí otro hito en el camino: por la cifra alcanada, por lo mítico de la ciudad..... a partir de ahora parece en verdad que si comenzamos el camino de vuelta.
Aprovechando que es fin de semana, nos hemos quedado un día más en la capital del Imperio Germano. Si ayer sábado fue la ruta turística, hoy domingo (ya a 1 de Septiembre), ha sido la ruta en bici por canales y parques de Berlín (BBB - Berlín By Bike) y a lo tonto, hemos hecho 30 km en bici, fuera de los flashes del centro, a valido la pena, sobre todo el parque de Charlottenborg, donde hemos comido un sandwich mirando al lago.
Cuando te sales de lo común, sientes de alguna manera que vives aquí. Hemos pasado por delante del Bundestag que en su parte de atrás tiene un trozo del muro de Berlín original, con unas supongo bonitas palabras -en alemán- en aras de la libertad y la democracia. Bueno, nos hemos henchido de ciudad, en especial de un verde ciudad, tanto que nos hemos puesto como un oso.
Si bien otras ciudades han supuesto un punto importante, Berlín no puede ser menos. Aquí hemos hecho varias operaciones de mantenimiento: la colada de ropa sucia en la lavandería, yo me he cortado el pelo al estilo germano, las bicis han pasado revisión y ajustes. También hemos cambiado el banderín de España, que se nos perdió sin darnos cuenta, aunque en realidad estaba algo desilachada.
Otro cambio significativo han sido las nuevas alforjas que Fini se ha comprado. Pascual lleva unas Vaude impermeables, pero yo llevaba unas bastante antiguas que había que proteger con plástico cuando llovía. Ahora tengo unas Ortlieb, que son el último grito de los cicloturistas. Me gustaría hacer un requiem por las viejas, que nos acompañaron a mí y a mi hermano Pedro en el primer viaje en bici a Picos de Europa...ahí queda.