Dejamos Berlín con aires de otoño. Las hojas de los árboles en los parques empiezan a caer... el día amaneció con xirimiri... calabazas que recuerdan a Halloween... Abandonamos el turismo urbano y retomamos el Camino Peregrino por la Vía Imperii. Al trabajo otra vez. Si hasta Berlin fue la BeKo, ahora agarramos la BeLe, ruta ciclable que coincide en la dirección con nuestro pregrinaje. somos conscientes que estamos haciendo camino pues la via imperii es quizás, la menos transitada de, pero hay camino. (http://www.radweg-berlin-leipzig.de).
Al día siguiente, camino de Bergwitz, nos esperaba una joya de la ruta, Wittenberg o Lutherstadt, la ciudad natal de Lutero. Algo tiene de hace muchos años, quizás las ventanas romboidales de su casa. Dormimos en Bergwitz, una acogida parroquial y de nuevo otra lección de hospitalidad. Este año no vamos a ganar para regalar turrones en Navidad. Aquí conocimos a Wolfgang, el hijo de nuestro casero, que habla español, charramos bastante. Fue muy agradable y nos regaló un licor de tilo que hace él mismo con las flores del árbol que hay en su jardín.
Al día siguiente la etapa nos condujo a Leipzig. Por el camino, nos aguardaba la segunda joya, el parque natural de Dubener Heide (algo del brezo de Duben en alemán). Una chulada ciclarlo por dentro, por pistas tan alargadas como las copas de sus pinos. A veces, tanta quietud se siente, que asusta.
Llegamos con tiempo de visitar la ciudad, echar una visual, tomarnos un helado en plaza, pues hacia buena tarde y dirigirnos a casa de Eric, nuestro Warmshower austríaco asentado en Leipzig. Él tiene una tienda de "cargo-bikes" con todo tipo de vehículos para llevar todo tipo de cosas (rad3.de) y ha hecho varios viajes en bici.
De Leipzig, nuestro camino se dirige a Hof, siguiendo la Imperii, y la ruta ciclable del Pleisse, que es el río que enlaza -prácticamente- estas dos ciudades. En Leipzig el río es ancho pero calmo y conforme se aleja, rocía los pequeños pueblos y es más alegre. Es aquí donde se convierte en paseo y diversión.
Esa mañana teníamos una parada obligada en Markleeberg, pues en este pueblo vive Henning Diestel, persona encargada de marcar y organizar la Via Imperii en la zona. Pudimos comprobar que tienen un gran proyecto por delante, están reconstruyendo una iglesia totalmente en ruinas, de la que queda apenas un par de muros; y es que resulta que el abuelo de su esposa, fue el arquitecto de la misma, de ahí el componente sentimental. Nos recibieron con agua y racimos de uva negra de su jardín.
Llegamos a Altenburg, otra pequeña pero gran ciudad, con muchas cosas para ver, en especial su castillo o Schloss, como llaman aquí a los palacios renacentistas. Nada que ver con un Chateau francés, aunque también imponente.
De Altenburg a Reichenbach, nos vamos alejando de la profundidad de los bosques de Brandenburgo y nos adentramos de nuevo en la Alemania de las granjas, de los pueblos con casas de traviesas de roble y techos de brezo, del olor a ganado y a tierra recién labrada. Estamos en las regiones de Sachsen-Anhalt (Alta Sajonia) y Thuringen (Thuringia). Y por fin, también la montaña. Por aquí la gente habla con miedo de las cuestas, pero a nosotros se nos hace más ameno y es una delicia ver desde lo alto las poblaciones venir y otear las suaves colinas.
La nota de color hoy la dio el pueblo de Crimmistchau, donde al preguntar por un plano y rutas en bici a Andreas, en la Oficina de Turismo del Rathaus, nos metimos en una amena charla y además de ayudarnos con el alojamiento, nos llamó al alcalde y .... una cosa llevo a la otra y nos vimos enmedio de la plaza, haciéndonos una foto oficial del cuarteto con alcalde y secretaria. De nuevo nos sentimos abrumados, parecíamos importantes. Creo que lo que la gente valora es la hazaña, la osadía o la valentía de la empresa. Nos hacen pensar que sienten como si hubiéramos venido desde España a visitarlos.
En Reichenbach hemos recalado en casa de Thomas Dawidowski, el cura de la Iglesia de St. Marien. Él es polaco y está intentando aprender español. Nos ha recibido de forma extraordinaria, con una buena cerveza de Bavaria y cena incluida. Aquí nos hemos quedado un día de reposo. Un momento, un momento.... el pater vive con dos hembras de Vizsla o Braco Húngaros, Amoena y Bettie. Son como la caballería de la casa.
De Reinchenbach, a Plauen. Un poco perdidos, sin mapas, tuvimos la suerte de encontrarnos con Nathia y Günter, que iban ciclando una mañana de domingo y nos acompañaron un rato, indicándonos luego el buen camino a Hof, después de parar en su casa para invitarnos a café. Todo un detalle.
En Hof, nos sorprendió nada más llegar el faro del Ayuntamiento. Tras una visita a la St. Marien Kirche (iglesia), nos dirigimos a la Klostertor, al lado de la residencia para ancianos donde el municipio tiene el refugio de peregrinos.
Me ha encantado vuestro reportaje de Berlín. Me ha recordado nuestro viaje de hace unos veranos.es una ciudad muy diferente a la mayoría de las grandes ciudades europeas.
ResponderEliminar5000 km nadfa menos. ENHORABUENA.
Ahora a mirar hacia el Sur y poco a poco hacia casa.
Ánimos y os esperamos sin prisas.
¡Qué envidia!
Gracias por esos ánimos DonPas-...
Eliminarpues si ya miramos para el sur..... ganas tenemos de ver el mediterráneo, pero antes nos espera el lago constanza.
un saludo tigre. vuena vuelta al cole... aunque tu vuelta suena tambien a despedida.
En un dia de septiembre fresco y con cumulos de nubes amenazadoras, presintiendo que el verano cada vez es menos caluroso y a sabiendas que el camino hacia casa os provee de buenas viandas y confortables lechos para descansar os deseamos la mejor de las travesias en los dias venideros.
ResponderEliminarTipos no olvideis supervitaminaros y mineralizaros.
Abrazos y besos hasta que digais basta.
Roke,If,Naza, Marina y Frans , ah y Ron
Hola tipo...y familia del Tollet y la Umbria, principes del Cajel.
Eliminargracias por los ánimos.
ayer, en Leipzig, vimo una iglesia dedicada a San Nayaniel, le sacamos una fotico.
espero que disfruteis de algün banico todavia.
saludos de los dos.
Me sumo a la felicitación de Pasqual, 5000 km, qué fuerte!!!
ResponderEliminarY en cuanto a la quietud que asusta... ya la quisiera yo sentir, aunque aquí en El Tollé siento el bendito silencio como un bálsamo.
Como ya sabéis que soy curiosa, qué ruta tenéis pensada para el regreso a casa? Venga, un avance aproximado... tipooooooooooossssss
Besazos de vuestra Yola
Pues si, esto de hacer kilómetros es cuestión de echarle tiempo y eso por suerte es lo que tenemos.
Eliminarlas fuerzas van respondiendo, se ve que la mantequilla no es mala del todo.
un saludo . gracias.