Atravesando la Galia

De La Gironde a la Charente Maritime

La salida de St. Martin Lacaussade fue un regalo por la pista ciclable (antigua via férrea) entre viñedos y bosques de ribera. Unos 13 kms hasta Etaulier y luego pasando por los pueblos de varios santos ( Saint Ciers, Saint Bonet, Saint Thomas, Saint Dizant y Saint Fort) sobre La Gironde, llegamos a Gemonzac, donde llenamos nuestros depósitos de gasolina con un buen menú...francés.

De ahí a Saintes no tuvimos más remedio que agarrar la gran ruta...En esta ciudad, llegamos al Haute de Pelerins, el albergue, encontrándolo completo. La hospitalera nos buscó muy sabiamente un alojamiento alternativo en el Petit Seminaire de la ciudad (con el de Burdeos ya es el segundo en el que hemos dormido, podría decirse la Ruta de los Seminarios), incluso llamó a un amigo, debido a lo intrincado del camino, para que nos llevara en su furgo, a modo de taxi, con las bicis a bordo. Todo un detalle!

Sobre Saintes hay que nombrar varias cosas. La iglesia de Saint Eutrope, tiene tal envergadura, que se confunde con la auténtica catedral. Nos asombró ver los restos bien conservados del Anfiteatro Romano, no es difícil imaginar a Astérix y Obélix defendiendo la Galia en sus tiempos...Y por supuesto, el canal de Charente... Nombre de la "fleuve" la zona.

Recordando la visita turística a Saintes y tras una última mirada al seminario, bien temprano hemos cogido la directa por una carretera secundaría (benditas sean) hacia Aulnay de Saintonge, una ruta entre pueblecitos y bosques. Cruzar estos bosques es una delicia, son tan frondosos que a veces forman grandes pasillos en forma de arco y encima dan sombra.

El día ha estado amenazante de lluvía todo el tiempo, pero nos ha respetado. Ayer también estuvo medio nublado y fresco, pero la verdad que es mejor que achicharrarse a 30C como nos pasaba en España. Además este clima permite pedalear a cualquier hora.

La llegada a Aulnay ha sido cómoda y a las 11h ya estábamos, listos para un cafetico y fruta, algo de compras y otra vez a pedalear. Ahora tocaba atravesar otro bosque para llegar a La Villadieu, de ahí a Brioux sur Boutonne y luego a Melle, nuestro destino de hoy. el sitio de dormir es un centro ecuestre donde enseñan a montar y doma.

Si ayer abandonamos la Gironde, con sus extensiones de viñedos y sus pueblos con reminiscencias romanas, hoy hemos cruzado la demarcación de Deux Sèvres para llegar a Melle. Poitiers está a las puertas. On verra demain.

Hemos aprendido una nueva palabra, "rond-point" que significa rotonda.

De Melle a Poitier, ha sido una etapa atípica, con pocas posibilidades de elegir, no ha habido más remedio que tomar la gran carretera hasta Lusignan, donde hemos parado para tomar algo en la Promenade de Blossac del s. XVIII, un parque precioso, tumbados en el césped. El día era soleado y acompañaba.

La entrada a Poitiers, -sitio de Futuroscope, que no visitamos-, como viene siendo habitual en las ciudades, por carriles bici. Llegamos domingo por la tarde, os ponemos en situación, primer día de calor después de un Junio fresco, todos los comercios cerrados, algunas terrazas en una amplia zona peatonal junto al Hôtel de Ville y en busca de alojamiento. En frente de la Catedral, toda una sorpresa. Allí nos encontró un papá con su niño, ambos en bici, que se ofrecieron a orientarnos primero y luego, cuando Emmanuel se dio cuenta, directamente nos emplazó en un par de horas, para invitarnos a quedarnos en su casa esa noche y cenar en familia.

Fue así que conocimos a Beatrice, su mujer y Joseph, Dafne, Oscar y Estela, y que nos albergaron con toda hospitalidad. Ya éramos "Con 8 basta" en la casa. Más sorprendidos quedamos aún cuando nos hablaron de su experiencia cicloturista. Toda una aventura Panamericana (Alaska-Patagonia) en 18 meses y en tándem! A partir de ahí todo fue una lluvia de preguntas-respuestas en varios idiomas, aunque nos entendíamos perfectamente, como si fuera uno solo, el idioma de las bicis...Para nosotros, ha sido una fuente de inspiración...y una feliz casualidad.