sábado, 13 de julio de 2013

Dirección la Belgique

"Metró-Boulót-Dodó" así es como llaman en Francia (sin las tildes) a la rutina de "metro-curro-dormir", y así es como nos pusimos en marcha con nuestra tarea diaria.

Después de una salida tardía debido a una reparación inesperada de la bici de Fini...rodamos bajo el sol de mediodía por la región de la Picardie en dirección a Compiegne, entre campos de trigo y uvas de champán.

A nuestro paso, numerosos cementerios recordaban los efectos terribles de las dos guerras mundiales. Nos dimos cuenta de lo importante que fueron las batallas libradas en esta zona, recordando nuestra visita al cementerio americano de Chateau-Thierry.

Llegamos a buena hora a nuestro albergue ya convenido en Compiegne. Allí ya se encontraban una pareja de holandeses que viajaban en bici, habían recorrido España y ahora volvían a casa. Ni más ni menos que 12 semanas en bici y con algunos años más que nosotros.

Al día siguiente, tras hacer una breve visita al casco histórico de Compiegne, remontamos el río Oise hacia nuestro destino de ese día. Por el camino encontramos una abadía cisterciense en Ourscamp, uno de los vestigios más importantes de esta orden y de singular belleza.



El albergue de Tugny et Pont nos esperaba con una apariencia muy pintoresca. Un estanque, una cuadra con animales, una capilla artística y un taller de escultura regentado por el dueño del taller.

Despertados por el canto de los pájaros, hicimos un paseo matutino por el estanque y de nuevo en ruta por el Canal de St. Quentin hacia la ciudad del mismo nombre. A partir de ahí, la búsqueda de nuestra morada en Rumegies, se convirtió en una auténtica epopeya: atravesamos tantos cruces y pueblos que sería imposible de recordar. Finalmente, dimos con nuestros huesos en una mobile-home del camping Le Petit Clos.

La salida hacia Tournai representaba otro momento importante. Sobrepasados dos vastos países, España y Francia, llegamos a Bélgica. Prueba de ello, es el paso fronterizo aún existente en Rumegies. Ya en Tournai, ligeros cambios en las casas, las gentes y el ambiente constatan que estamos en otro país.


Como conclusión de nuestro periplo en Francia ya hemos resaltado sus ríos, sus boulangeries y sus bosques. Aun faltaría decir tres cosas. Primero, su vertebración acuática por canales todavía navegables. Segundo, que la amabilidad de sus gentes contrasta con una primera impresión fría. Y por último,  que siendo una República es un país muy religioso.

4 comentarios:

  1. Vemos en el mapa de ruta que no visitáis Amsterdam, no?
    Si lo hacéis decírmelo para que Frans avise a un amigo.

    Buen baño en el Chícamo esta mañana toda LA FAMILIA, las adelfas en flor , ya sabéis, y el agua más fría que nunca, brrrrrrrr , pero muyyyyy buena.

    Muxus a cascoporro

    IF, Frans, Naza, Marininski, Roke Mari Antxon

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  2. Ah!! Me ha encantado la abadía,qué siniestra!!!! estaban LOS OTROS?

    IF

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    1. Por haber no había ni monjes, pues como sabras, los cisters se extinguieron. Nos alegramos que ya esteis por las pozas.. cuidado con las pirañas.

      Un saludo.

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  3. Una abadía de ensueño...y el albergue tenía muy buena pinta...disfrutar mucho...

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